lunes, 12 de julio de 2010

Un cuento que entra en la historia.

Y por fin llegó la hora, el momento que desde niños esperábamos, el día que nuestros antecesores no pudieron ver y los que somos tan afortunados no nos lo podíamos perder. Un relato de héroes, un videojuego muy real, una historia épica de gladiadores del fútbol. Aquí empieza el cuento que le contaré a mis nietos y que ellos escucharán con pasión, de como un día vi ganar un mundial a España. 


Era el primer mundial celebrado en África, en un caluroso verano español, el año de la crisis y del pesimismo, salvo por la ilusión, esa nunca peligró ni nos dejó vacíos, y así empezamos. En la fase de grupos caímos contra todo pronóstico contra una débil y correosa Suiza, un partido polémico por el suave arbitraje, pero afortunadamente nos sirvió para volver a la tierra y continuar con humildad, esa que la prensa no tenía al principio. Luego vino Honduras, un rival digno que no fue un obstáculo y con el que inauguramos las victorias en este mundial. Chile, hasta ese momento líder del grupo, nos lo puso difícil, aquí empezábamos a sufrir, a sentirnos vivos de verdad, y el resultado favorable también se dio, una victoria y pasamos primeros de grupo, evitando así a Brasil. 

En octavos, la poderosa selección de Cristiano Ronaldo nos esperaba, que gran partido, que gran victoria, Villa de nuevo, el goleador no falló. Y llegaron los malditos cuartos, el muro a batir, si pasábamos de aquí ya escribíamos la historia, nunca habíamos pasado de cuartos en un mundial, y sucedió, vencimos a Paraguay por la mínima y en los últimos minutos, de nuevo el delantero de moda, David Villa. 

Ahora en semifinales nos vimos las caras con un viejo conocido, un equipo acostumbrado a llegar muy lejos en los mundiales y que nos tenía muchas ganas desde su derrota en la final de la Eurocopa 2 años antes. Aquí vimos la mejor España del mundial, tocando como dioses, y aunque sólo hubo un gol, nuestro juego fue muy superior, ya lo dijo el pulpo Paul, adiós Alemania.

 

La final llega, el país se paraliza, se baten records de audiencia en la televisión, todo el mundo pegado a la pantalla, Holanda, la que venció a Brasil, y el árbitro del primer partido contra Suiza serán los rivales, no pasa nada, hay confianza, demasiada diría yo. El rival nos coserá a patadas, el arbitro no pitará casi nada, el balón esquivará la portería, pero estamos convencidos de que ganaremos, todo un país, el pulpo Paul, y sobre todo los jugadores, incluso los que ya no están entre nosotros como Dani Jarque. En una final de infarto, y casi acabando la prórroga, cuando los penaltis llegaban inminentemente, el pequeño (pero grandisimo) Iniesta controla y bate de tiro cruzado al portero holandés. Menuda batalla, final de leyenda. España, campeona del mundo!!!