Amenudo pasa que nos dejamos llevar por la vida, que olvidamos tomar las decisiones y nos dejamos llevar por el rio, a ver hasta donde nos lleva esta vida, pero eso es un error, las riendas de esta vida las debemos controlar nosotros, ni la televisión, ni tu pareja ni nadie debe decidir por ti, aunque en tu decisión hayan influido factores externos por lo menos sentirás que tu controlas tu destino, tu camino.
Hace unos dias perdí a uno de mis mejores amigos, una persona excepcional, de esas en peligro de extinción, optimista por naturaleza y bueno como nadie. La vida le puso obstáculos pero los superaba, y los que no podía evitar los recibía con una sonrisa siempre positiva. Nada ni nadie perturbó esa forma de ser, soñador y magnifico consejero, siempre tenía palabras acertadas de ánimo incluso cuando él pasaba peor momento que los demás. Fabiano influyó en mi, en ver la vida de otra forma, y me recordó que soñar no es sólo para los adolescentes, que hay que tener metas en la vida y no esperar a mañana para que se cumplan.
Asi que pese a estar triste, a no sonreir como sonreía antes, a no haber conseguido lo que un dia imaginé que conseguiría con mi edad, pese a todo eso y más, voy a buscar mis sueños, esos que dejé metidos en un cajón esperando que ellos viniesen a mi y no yo a ellos. Llega el cambio, un cambio que nunca debería haberse producido porque nunca debí perderme, pero lo importante es que siempre hay tiempo de encontrarse.
Voy a soñar como nunca y lo que es mejor, voy a conseguir mis sueños.
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